
Erika que era costurera.
Era una mujer de unos 30 años que vivía sola en la ciudad.
Una noche mientras cosía, llamaron a la puerta.
Ella abrió, pero no había nadie, solo pudo ver que debajo de su puerta le
habían dejado una especie de caja.
Era una caja metálica y un poco oxidada, dentro contenía una preciosa tijera.
Ella la agarró y fue hacia su cesta de la costura para guardar aquella tijera. De pronto tropezó, cayó al suelo y sintió un gran dolor en el pecho, la tijera se le había clavado...
La pobre Erika se estaba desangrando, y no hacía nada más que pedir ayuda,
pero nadie la pudo socorrer...
Al día siguiente, sus vecinas asustadas porque Erika no respondía a la puerta, llamaron a la policía.
Finalmente pudieron abrir, y allí se encontraron con la sangrienta escena de lo que había sucedido aquella terrible noche.
Pero lo peor fue, cuando todos sintieron un ruido en la ventana, se acercaron a mirar, pero solo era el viento, de repente se dieron la vuelta, y
Erika ya no estaba.....
En la actualidad, se dice que si por la noche te pones frente a una ventana, con una tijera poniendo los dedos índice sobre la punta y dices: Erika, Erika, ¿estás ahí? , ella te responde... o también puede ser que la tijera se cierre...
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