Daniel era
un niño muy inquieto, todas las noches su madre lo acostaba y arropaba muy bien
después de leerle un cuento, pero cuando pasaba a revisarlo un par de minutos más
tarde, la cama estaba toda revuelta, las cobijas por el suelo y él con alguna
parte de su cuerpo colgando, lo acomodaba de nuevo en su sitio pero, pero a la
mañana a veces lo encontraba tirado en el suelo, pensando en que no se
lastimara, le pusieron barandillas alrededor de su cama.
Aprovechando
la situación, Julián su hermano mayor de siete años, le dijo que le pusieran
rejas para protegerlo del monstruo que vivía debajo de su cama, entonces Daniel
no quiso dormir más en ella y para castigar a su hermano le cambiaron de lecho.
Al día siguiente, Julián amaneció en el suelo y Daniel dormido tal como lo habían
dejado. Un día Julián llegó del colegio, escuchó un leve sollozo venir del
armario, creía que era su hermano pequeño y fue a buscarlo, pero al abrir la
puerta se encontró con un niño al que no conocía. Este lloraba cada vez con más
fuerza y no atendía a lo que Julián preguntaba, tras la insistencia, el niño
extraño volteó su demacrado rostro, parecía solamente una calavera cubierta de
cuero, a la cual le faltaban los ojos, y las lágrimas que lloraba no eran más
que polvo. Empujó a Julián contra el suelo, mientras le reclamaba que le
hubieses arrebatado su casa, abría en cada grito su boca como ningún humano
puede hacerlo y entre refunfuños y chillidos le dijo al asustado niño
- no muevas
tanto la cama, recuerda que vivo debajo de ella y si no me dejas dormir te
tiraré al suelo como la otra noche -…
Acto
seguido se metió bajo el mueble y desapareció… Al menos por un rato, hasta que
la noche llegó… Lo molestó Julián con sus llantos porque se negaba a dormir en
esa habitación.
¿Tú, alguna
vez pensaste que puede haber debajo de tu cama?
0 comentarios: