CALAVERAS AULLADORAS

De entre todas las historias extrañas que circulan en el Reino Unido algunas de las más llamativas hacen referencia a supuestos cráneos malditos que, entre otras cosas, atraen la mala suerte a sus propietarios. Se les conoce como screaming skulls (calaveras aulladoras) y en este artículo les contamos las misteriosas leyendas que les rodean.

Una calavera aulladora es un cráneo humano de origen incierto que supuestamente provoca desgracias, fenómenos tipo poltergeist y que, sobre todo –y a ello debe su nombre–, “grita” cuando es desplazado del lugar que ocupa en una mansión. Cómo llegó el cráneo a este lugar suele ser objeto de pintorescas historias, que también explican por qué la calavera no desea ser enterrada. La más famosa es una que reside en Bettiscombe Manor (Dorset, Reino Unido). La tradición incluye varias versiones sobre ella. Una de estas afirma que en 1685 el propietario de la casa era un hombre llamado Azariah Pinney que participó en la Rebelión de Monmouth para derrocar al rey Jaime II. Después del fracaso de la revuelta, Pinney fue desterrado a la isla de Nevis, una colonia británica en las Antillas. Allí se convirtió en un próspero hombre de negocios gracias a la caña de azúcar. Cuando falleció, en 1720, le dejó todo a su nieto, John Frederick Pinney, que se había criado en Bettiscombe. Sin embargo, cuando este viajó a Nevis se mostró horrorizado por el sistema de esclavitud establecido en las plantaciones y cedió su herencia a su primo,John Pretor.

 John Frederick regresó a Gran Bretaña y trajo consigo a un esclavo negro que antes de emprender el viaje le había hecho jurar que le daría sepultura en su tierra natal. El esclavo falleció, pero Pinney faltó a su palabra y lo enterró en el cementerio de Bettiscombe. A partir de entonces y durante varias semanas el sueño de los moradores de la mansión se vio perturbado por quejidos, gritos y golpes. Pinney exhumó el cadáver y lo depositó en el desván. A partir de entonces cesó toda actividad paranormal. No se sabe por qué, pero tras varios años de los restos del esclavo solo se conservaba su calavera, desprovista de la mandíbula. 
En The Realm of Ghosts (1964), Eric Maple registró diferentes historias acerca de esta calavera. Se decía que en las diversas ocasiones en las que se había intentado retirarla de la mansión la comarca entera había sufrido terribles consecuencias: una tormenta arrasó las cosechas o el ganado enfermó y murió. Incluso alguno de los propietarios de la mansión había fallecido poco después de intentar deshacerse de ella. Uno de ellos la había enterrado a varios metros de profundidad solo para descubrir a la mañana siguiente que el cráneo había salido de su tumba y esperaba ser devuelto a la casa. Por otra parte, un ama de llaves comentó a un visitante en 1847 que la calavera protegía la casa de los malos espíritus. Maple entrevistó a un individuo que recordaba que siendo niño había oído “los gritos de la calavera que guardaban en la buhardilla, que eran más bien chillidos, como los de un ratón atrapado”.



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